Miedo en el Castillo de las tinieblas

No sé si lo he llegado a contar, pero la despedida de soltero a la que fui en junio no fue tan convencional como creéis, sí, vale, hubieron silbatopenes, gorros con purpurina, bandas, broches de pene, disfraz para el futuro novio...pero hubieron cosas diferentes. En lugar de ir a cenar a un sitio normal, fuimos al Castillo de las Tinieblas. Un lugar en el que, estoy segura, Lara disfrutaría muchísimo. El castillo de las tinieblas es un restaurante temático, en el que vas a cenar y a pasar miedo. Hay que reservar con antelación y ya en la entrada te recibe un tío extraño. Antes de la cena ya empieza el espectáculo, personajes de todo tipo crean ambiente. No voy a contar nada por si alguien se anima a ir alguna vez, sólo diré que se pasa miedo hasta en el WC, pero es muy divertido porque se va en grupos, a cenar, y a pesar de todo te diviertes, subidón de adrenalina jaja. Yo no sabía de qué iba y claro las sorpresas fueron más sorpresa.

Nos sentamos al final del comedor en una mesa de madera larga. Yo me puse de espaldas al pasillo y tenía que girarme para ver el escenario. Cómo comprenderéis estaba en una posición desafortunada ya que todos los asesinos y malotes que hacían el espectáculo se acercaban a mí por detrás y me llevé unos buenos sustos. Aquí os dejo una foto que me hicieron justo en el momento en el que un tipo muy feo se me acercaba; yo directamente escondo la cara entre mis manos, como si de esa forma el malo malote fuera a desaparecer o algo. ¡Qué mieeeedo!

Aghhhhhhhhhh