Mis vecinos chinos

Mis vecinos chinos me parecen muy simpáticos. Alguna que otra vez he comentado algo sobre ellos, como cuando celebraron la entrada del nuevo año chino y la liaron en casa (¡Menuda fiesta!) o cuando la madre me pasó unas pastillas para la tos de su país y que yo tomé sin pensarlo.

Este año no celebraron la entrada al nuevo año, porque la madre estaba en China por un tiempo.
Tienen dos hijas muy majas, una ya mayorcilla y la otra más pequeña. Nuestro balcón está al lado del suyo, y por eso me vio aquel día tumbada en el suelo medio delirando por la fiebre. En verano muchas veces hemos podido hablar con ellos así.

Recuerdo la cara de sorpresa de la pequeña el día de la verbena de San juan, 23 de junio. Estuvo todo el día y hasta altas horas de la madrugada en el balcón mirando como la gente encendía petardos, tracas y como los más pequeños tiraban bombetas contra el suelo.

El otro día me encontré con la pareja en el portal y la madre me hizo un supertest:

- Mucho lío, de clase? - me preguntó mientras miraba la carpeta que sostenía.
- Sí, vengo de estudiar.

Llega el ascensor, entramos y sigue preguntando...

- Tú sel sola?
- Mmm..¿que si tengo hermanos?
- Eso
- No, no tengo, soy yo sola, jaja.
- Ah, vale

Ya hemos llegado a nuestro piso. Sale el chino padre del ascensor, lo sigo y la madre viene por detrás...

- Ya me ha comentado mi madre que tienes al pequeño en casa, ¿qué bien, no?
- Sí, estoy contenta pelo es un lío pol la tienda, no lo puedo atendel bien, pelo estalá aquí un tiempo.

El padre ya había abierto la puerta de casa. Olía a comida china pero en bueno, escuchaba el piiii de la olla exprés.

- Muy bien, pues hasta luego
- Adió - me dijo mientras me sonreía.

Está visto que seas de donde seas, cuando eres madre y vas en una ascensor te entra la vena cotilla, JAJAJAJAJAJA.