Existe el amor para siempre. No el amor Hollywoodense de 90 minutos de altibajos y final feliz. Existe el amor de verdad, el de parasiempre, existe, os lo prometo, lo he visto en primera persona.
Estaba en el hospital, con mi bandejita, entro en la habitación con todo preparado para poner una sonda nasogástrica a una señora y de pronto llega un señor mayor mayor y los que parecen su hija y el yerno de la paciente o los nietos o a saber. Se acercan los tres a la cama de la paciente, yo allí plantada sin moverme. El señor mayor mayor tenía que ser el marido. Y sí, lo era, el husband de la señora.
Se acerca a la cama, le coge de la mano, ella levanta la vista, se cruzan sus miradas. Madre mía, cuánto amor, casi me desmayo os lo prometo. Estaba mi otra compi española, las dos con la boca abierta. Qué bonito, qué momento. Nunca olvidaré como se miraban y se sonreían, qué ternura.
Me dice la mujer más joven que si iba a hacer algo a la paciente, le digo que ponerle una sonda y me dice que si por favor puedo esperar que su marido quiere estar con ella, que es un día muy especial, que hacen....tatatatatatataa 63 años de casados. 63 años. Casi nada. Qué barbaridad. El hombre se echa a llorar. Yo ya medio llorando le digo a la señora que mejor me voy que sino me pongo yo también cómo una magdalena. Se echan a reír. Mi compi española les pregunta cuál es el secreto para ese amor, para que el amor dure tantos y tantos años.
Y nos contestó sonriente: "El secreto hijas mías no es otro que casarte con tu mejor amigo".