Griposa

La historia comienza una noche de trabajo en la que una enfermera está en la habitación de una paciente, tomándole la tensión y hablando. La paciente le cuenta (a voces porque está sorda como una tapia) algo de su pueblo. La enfermera (le contesta también a voces), pues nada ahí estaban las dos gritándose como posesas cuando de pronto la paciente sin ton ni son estornuda sin girar la cara ni taparse la boca con la mano.

Auuuuuuuuuuuuutchíiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiisssssssss

Así de repente, un gran estornudo, rectifico, aquello fue un húmedo y gran estornudo que fue directamente al careto de la enfermera.

A ésta no le dio tiempo a apartarse, girarse o qué, porque la señora ni hizo amago de estornudo unos segundos antes nada, ni tuvo picor de nariz, nada, en medio de una palabra soltó todos sus virus sobre la enfermera, vamos sobre Mí. Y así confirmo que siempre pillo los virus de la forma más tonta y absurda. En estos últimos 6 años me habré puesto griposilla un par de veces y han sido siempre de esta forma, una persona que me estornuda en el metro, otra en un ambulatorio cuando acompañaba a mi tía abuela....

Estoy todo el invierno como una rosa, y ¡pam! en el último momento caigo. Aiiiins, en fin, ahora me pregunto...¿de qué me sirvió la vacuna de la gripe? porque de protección nada de nada jaja.

Ale, a cuidarse!