Hablemos claro del esquí

Tuve tres noches libres en el trabajo y eso a efectos prácticos es como una semana entera (es lo que tiene trabajar noche sí noche no que cuando libras cunde mucho). Necesitaba unos días libres como el respirar. Me sentía quemadísima y mis reservas de paciencia a punto de agotarse.

A J. le dieron un par de días libres (miércoles y jueves) y decidimos irnos al pirineo a probar eso del esquí. J. nunca había esquiado, pero yo sí, una vez, fui con el colegio 3 o 4 días pero vamos, como si fuera novata porque me caía constantemente...

Pillamos a un profesor dos horas, el tipo fue muy amable y nos explicó las 4 cosas básicas. Con deciros que durante el primer día de esquí no me caí ni una sola vez, en mi caso es todo un logro. (el segundo día no me libré de un par de leñazos, j aja)

Yo dándolo todo mientras bajo la pista Debutantes jajajajaja

Antes de bajar

Pisando la nieve nada más llegar a Candanchú

Brrrrrr qué frío

Pero hablemos claro, dejemos a un lado la técnica para esquiar y todas esas mandangas y hablemos del telearrastre. De ese aparatejo del infierno: un palo de hierro largo que te metes entre las piernas y te arrastra montaña arriba.

Así tal cuál, te pones de culo al palo, cuando está cerca de ti, lo agarras con firmeza, lo metes entre las piernas y de pronto plaaaaaaaaaaaaaaaam sientes un tirón que te empuja hacia arriba. Había un momento durante la subida, en el que el palo subía hacia arriba y te apretaba fuerte en la zona X y os puedo asegurar que dolía muucho. De hecho en una de las subidas escuché crac (yo pensaba que algo se me había partido por dentro ajajajajajjaa). Estoy casi segura que parte de mi inocencia se quedó ayer en ese palo, en ese telearrastre, de esa pista concreta de esa estación de esquí que se encuentra en el pirineo.

Ahí estoy sobre el palo que abusó de mí jaja

¿y vosotros, habéis sentido alguna vez el contacto del frío telearrastre en vuestras partes pudendas?